lunes, 18 de abril de 2011

Los Megacentros comerciales: Una amenaza para los pequeños comerciantes

Introducción:

En 1992, el presidente de los EE.UU pronuncio esta fórmula: El éxito de Walt Mart es el éxito de América. ” Sin embargo la multinacional de la distribución hoy día es una de las empresas más grande del mundo y el país del norte ha entrado en una fase de declinación económica irreversible”. Pero el dumping social que esta empresa práctica – ha sido condenada últimamente por 172 millones de dólares como multa por haber rechazado a sus empleados un descanso en el almuerzo en el país del norte.

Wal-Mart comienza en una pequeña tienda en el Estado de Iowa, instalada en 1962. Al final obtuvo una cifra de negocios de 310 mil millones de dólares en 2005. Esta distribuidora impone su ley al productor en particular en los países pobres y de otro lado la baja del poder de compra que incita a los consumidores de ir hacer sus compras en estos hipermercados que bajan los precios promocionados por una campaña publicitaria que no tiene competencia, por ello apuestan hoy día a las deslocalizaciones, tras una mano de obra sobreexplotada por la desregulación de trabajo y los acuerdos de libre cambio que les permite importar productos baratos, es el modelo Wal-Mart. Presionan sobre los productores-abastecedores para obligarlos a bajar sus precios, imaginan locuras para favorecer los encadenamientos de las tareas y con ello evitar el menor tiempo muerto: Es la base del modelo Wal-Mart, además que funcionan paralelamente con su propia entidad financiera que en un dos por tres pueden otorgar créditos de consumo. Además se caracteriza por construir edificios ideales (las cajas de zapatos como se las conoce en los EE.UU.) para albergar al ejército de camiones gigantes de la empresa que generalmente se instalan en los sótanos.

El resultado de este y otros que lo han imitado mastodonte viene provocando el fracaso de decenas de miles de comerciantes (pequeños, medianos y grandes), de abastecedores sub-contratistas: un ejemplo es el de Iowa. Según un estudio realizado por el profesor de economía Ken Stone (universidad de Iowa) la llegada en masa de establecimientos Walt-Mart ha causado el cierre entre 1983 y 1993 de 7,326 comercios en este Estado.

Otro de los éxitos de la Walt-Mart y de los grandes mega centros comerciales que se han construido a imagen suya y han copiado su forma de organización y gestión, radican en los bajos precios de algunos de los productos que le sirven de anzuelo para atraer la clientela, pero esto solo es posible bajando todos sus costos, principalmente el costo salarial, los precios de los productos de los productores locales ( artesanos, agricultores, pequeños productores, etc.), sub-contratistas, importaciones masivas principalmente chinas favoreciéndose del los tratados de libre comercio como en el caso de nuestro país. Más de la mitad de las importaciones provienen hoy día de china.

Este modelo se inicia en Lima ya en los años 80, poco a poco van ganando espacio, ya a finales del siglo e inicio del presente siglo constituye uno de los más grandes negocios del país, lo que atrae el apetito de grandes inversionistas sobretodo chilenos que se han comprado alguna de estos supermercados y han empezado ellos mismo a invertir, saliendo del espacio metropolitano de la capital desplazándose a las zonas periféricas de esta y en los últimos años han optado por deslocalizarse, es decir desplazarse a las más importantes ciudades del País.

Han empezado por Arequipa, que de acuerdo al último ranking de las 50 ciudades más importantes del la América Latina, ocupa el puesto número 28, Lima : la capital ocupa el puesto número 8vo, y muy por detrás Trujillo ocupa el puesto número 47; Arequipa, después de Lima es la segunda ciudad del Perú, por su importancia económica ( aporta más del 7% del Producto bruto interno), su importancia poblacional: cuenta con más de un millón de habitantes, constituye un eje estratégico en la región sur del país, que se verá dimensionada por la construcción de la interoceánica, de majes II, hidroeléctricas la dinámica del turismo por la naturaleza inigualable que constituye el Cañón del Colca nuestros valles costeros e interandinos, Castilla, Cotahuasi y porque constituye un eje interconectado con casi todas las ciudades del sur del Perú.

Por ello mismo las actividades comerciales, sobre todo la de productos de pan llevar y de productos no duraderos o duraderos para el hogar viene adquiriendo una dinámica no vista en el siglo pasado, de allí la mirada del mundo de los negocios particularmente del estos grandes mega centros comerciales que imitan al 100% a la norteamericana Walt-Mart.

En Arequipa han comenzado a posesionarse en lugares lamentablemente no estratégicos para la ciudad memos aun para la población: en avenidas de interconexión distrital altamente congestionadas (av. Ejército), de entradas y salidas rápidas al centro de la ciudad (av. La Marina) no han aprendido de las lecciones negativas que estas empresas han generado en otras ciudades y países, cuando estos grandes mega centros se instalaron provocaron los mismos problemas que lo vienen haciendo en la ciudad: aglomeraciones irracionales, congestionamiento de tránsito. aumento de la contaminación, etc. pero estos problemas han sido solucionados por ejemplo en los EE.UU. por las protestas de la población y la decisión de las autoridades que ha permitido que sean reubicadas en espacios más amplios, fuera del ámbito urbano a fin de evitar los problemas que todos conocemos, pero este no es el unico daño que provocan , lo mas pernicioso y dañino es que la competencia desleal (dumping) que practican están provocando en el país el cierre, la quiebra de miles de pequeñas tiendas o bodegas como se les denomina en otros lugares, de centros de abastos tradicionales,etc.

Y no podía ser de otra forma en nuestro país como lo demuestra el siguiente informe: “sobre la ciudad de Lima:

“Donde antes enormes bolsas de pan se ofrecían al público, ahora un discreto cartel de “no se fía en esta tienda” recibe a los ya escasos clientes que acuden a la bodega de La esquina. La cordialidad y el calor de los “años felices” se terminaron por marchitarse ante la sombra que los enormes supermercados generan sobre la pequeña tienda.

Todos en el barrio del Parque Santa Rosa, en los Olivos, conocen la antigua panadería del Señor Guzmán. Los vecinos más longevos aseguran que ya pasaron 25 años desde la primera vez que él y su esposa abrieron la variada tienda.”Vendían de todo y a toda hora” recuerda uno de los vecinos.

Pero aquella bodega que me describen parece haberse perdido en el tiempo y ahora solo subsiste los certeros golpes que el gran capital propino. A la esposa del señor Guzmán no le gusto hablar del pasado. Ella tiene 72 años y sabe que hubo “años felices”, pero prefiero no recordar. Quizá para no renegar más de la cuenta.

Mis preguntas le incomodaron, y frunce el ceño. Pero no aguanta la impotencia y en un tono de melancolía más que de rabia confiesa que no se vende ni la mitad de lo que se vendía antes de que el supermercado Metro del Cono Norte se instalara a 10 minutos de su vecindario.”Pero ya no sirve de nada recordar esas cosas “, corta de conversación.

Lo que ella no sabe y de seguro prefiere no saber nunca, es que su tienda no es parte de ese 60% de bodegas que desaparecen a los tres años de creadas, producto del boom de los supermercados. Ella y su esposo aguantaron con decoro la tenaz competencia. ¿Pero por cuánto tiempo? Y es que los millones de dólares en inversión y la moderna infraestructura que poseen los supermercados terminaron por arrinconar a estos pequeños inversores de barrio.

Solo en los nueve años desaparecieron 3,094 puestos minoristas, sobre todo en los distritos que están dentro del alcance de los supermercados.

La resignación del bodeguero

¿Qué vamos hacer? Las cosas cambian y algún día tenían que llegar los supermercados. Pero eso sí, antes de que llegara el Mega plaza nosotros vendíamos más del doble de lo que ahora. Imagínese. Teníamos tres muchachitas que atendían”, recuerda Don Benjamín.

Aunque ahora solo gana lo suficiente para sobrevivir, no guarda rencor en el alma, al fin y al cabo cuenta que en sus mejores años, la bodega ayudo a pagar los estudios de sus tres hijos, los mismos que ahora desde el extranjero, le pide que deje de trabajar y cierre su popular “tiendita de la esquina”

Pero como buen negociante Don Benjamín es terco y se resiste a perder la lucha contra esos adinerados. Sabe que nunca podrá vencerlos, pero según dice la competencia lo hace sentir vivo.

Es verdad que los supermercados siguen ganando terreno y le hace daño a la clásica bodega de barrio. Pero casos como el don Benjamín nos recuerda que un rostro humano nos siempre será más confiable que la fría caja registradora.”

Esta historia se esta repitiendo en Arequipa, pero el peligro ya no solo es contra la tienda de la esquina sino también contra los tradicionales centros de abastaos (San Camilo, el Mercado Nro. Uno, El Palomar, La Antiquila, Las Ferias de fin de semana, etc., los nuevos centros de abastos instalados en algunos polos como Avelino Cáceres, El Altiplano, por ejemplo: Centenares de trabajadores pueden quedar privados de sus fuentes de ingresos, cientos de familias pueden verse afectadas de un día parta el otro, la amenaza ya está en toda la ciudad, que hacer frente a ello?, Es posible enfrente el reto? Evidentemente que si, el espíritu arequipeño tiene que salir al frente, ya empezó la tarea por iniciativa de los propios trabajadores en algunos mercados que han empezado a remodelarlos, modernizarlos, con infraestructuras acorde a las exigencias de los clientes, han empezado a trabajar proyectos de construcción de una infraestructura moderna como en av. Cáceres ( Mercado de nueva esperanza y otros) a estas iniciativas debe plegarse los gobiernos locales, que como tal puede bridarles no solo accesibilidad sino facilidad para que estos proyectos se concreticen: exoneración de árbitros, pagos, contribuciones, aportes de inversión para mejorar las aéreas aledañas, algunos municipios ya emprendieron estas acciones; Estas iniciativas y trabajo conjunto de los trabajadores de los centros de abastos y gobiernos locales debe priorizarse para defender no solo el derecho al trabajo, sino la vida de miles de seres humanos y para que los consumidores continúen como siempre brindándoles la confianza de asistir hacer sus compras y quizá todos comprender que esta dinámica tradicional y ahora moderna de la ciudad constituye un pilar del desarrollo de nuestro mercado interno que genera puestos de trabajo, de ingresos de bienestar a su gente.

Autor: Adolfo Prado Cárdena
(Dr. En Economía, Docente UNSA)
Arequipa 29 de Junio del 2010

 
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